Lo-cura

                                                                                              La primavera está en aquel árbol para mí,

barriletes dibujan risa infantil

Señales que sigo como “pupa”

Recupero mi fuerza en mi ideología y mis herramientas

Tengo raíces poderosas

vi muchas cosas

conexiones peligrosas


Hace unos años en un cumpleaños mío, otra mujer, de capricornio como yo, me dijo que cuando se adoraban las divinidades naturales se creía que quien nacía el 22 de diciembre “abría puertas perceptivas”, mientras que quien nacía el 6 de enero las cerraba y en esos 15 días estaba el caos, la gente que nacía ahí (como yo que nací el 28 de diciembre) podía comunicar con los Dioses.

Pensando en eso me acordé de mi crisis y tuve la tentación de pensar “¿quién sabe si yo comuniqué extra-sensorialmente?” En realidad la respuesta fue casi inmediata: ¡NO! De hecho soy atea y todo lo que tenga que ver con la espiritualidad en general me asusta. Igual pensé, quién sabe cómo lo habría tomado yo y qué hubiese sucedido si hubiera vivido en esa época.

Me acordé de los delirios místicos que extrañamente tuve durante el brote. Un día, por ejemplo, estaba en la plaza “seca” de Rosario y me senté bajo un árbol florecido, sentía un poco como si ese árbol estuviese floreciendo ahí por mí: tenía que esperar una señal para entender por qué me estaba pasando todo eso, cuál era mi “misión”, como “mesías”.

Empezaron a llegar chiques que parecían de pre-escolar creo, con barriletes y fue algo mágico, como si tuviese que escuchar sus voces, como que tenía que aprender el mensaje para poder despegar vuelo. Asocié también el mensaje de César Brie (director y actor argentino con el que hice un taller) que decía que las metáforas artísticas son como barriletes que deben tener un hilo a tierra. Yo sentía que podía ayudar con el TO que, como ya conté, me acompañaba en esos momentos de lucha interna y sentí que era mi barrilete. Les chiques se reían y entonces sentí que tenía que trabajar con la infancia, porque la clave de todo estaba allí.

 

Otra noche en Rosario, en el parque Independencia, sentí una atmósfera soñante, estaba todo como cubierto por la neblina y era como si el tiempo se hubiera parado, mis sentidos estaban dulcemente ofuscados... todo me parecía pleno de amor... me acosté en el pasto y cuando llegaron les chiques (Tántrico, Sole y Colo), que me adornaron con flores el pelo, sentí como si fuera el funeral de la “vieja Luciana”. Me parecía que este grupo de amigues me pedía que hiciera un ritual de iniciación para dejar todas mis creencias y tomar las suyas, si bien creo que nunca me lo dijeron explícitamente y lo sentía como una secta.

Cuando me venían los miedos de ser manipulada, pensaba que Sole, Colo y Tántrico se daban cuenta y por eso se ponían a buscar plata desesperadamente, para tenerme arraigada a lo concreto, a veces buscaban la billetera que por casualidad perdían y yo sentía que significaba que no volvería del “viaje”.

Cuando hicimos el taller de yoga, TO y flores de Bach la alumna de Sole que nos había prestado su estudio nos mostró una foto de una casa donde decía que estaba su hijo, yo me había visualizado ahí con Tántrico por eso cuando me vino la crisis me sentí en culpa por haber sido materialista. Sentía que eso quería decir que no estaba lista para la espiritualidad y que era mi responsabilidad si eso me pasaba. Me sentía así con muchas otras cosas, como por ejemplo si se me caía algo quería decir que contemporáneamente en otro sitio del mundo estaría pasando algo mucho más grave (muerte de inocentes, etc.). ¡Esta culpa que nos metieron con el pecado original sobre todo a las mujeres!

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