En el cuerpo

Anoche en la milonga me acordé de cuando a veces bailando, por ejemplo con un bailarín de tango del que me había enamorado, sentía que me ablandaba el plexo solar, como si pusiera toda la energía para que yo estuviera bien y a veces después de haber bailado con él, si bailaba con alguno que no estaba en relación escuchándome en el tango, sentía que me robaba lo que me había dado.

Otro día con una vecina sentí que me quería robar porque había venido Sonia, una de mis amigas más queridas, a buscarme, pero ella había entrado y me había abierto la puerta, no la saludé y se quejó de eso, pero no dije nada. Yo digo que no es la enfermedad que cambia la posición política, pero hace emerger lo que ya hay. Yo no soy agresiva con quien no me busca y solo una vez lo fui durante un brote.

 

Encontré mis “trabajos delirantes” en palabras de una agenda del 2011, o sea los hice en la segunda crisis que duró mucho más (7 meses más o menos):

 

Luciana = Luz y Ana

sin piel, sensible a las cosas... que pasan

a las palabras... ¡No quiero!

Quiero retomar mi vida...

¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? Tantas preguntas sin respuesta... ¿Quién?

Yo sé quién soy pero...

los miedos pasaron. Yo peleo pero con la paz. No soy lo que los otros quieren, pero de a poco descubriré... espero rápido también... comunicación natural

 

Está en italiano porque yo pensaba que era como una especie de protección el hecho de escribir en otro idioma respecto al castellano, porque la gente que me quería manipular de Argentina no sabía ese idioma, y entonces yo podía hacerles creer que no me había dado cuenta de nada. Por eso hablaba de la comunicación natural: porque en realidad yo sabía que era esa la que estaba finalmente descubriendo la verdadera comunicación oculta, que no era concedida a todas las personas, sino a las que alcanzaban un grado de percepción más consciente y menos ingenuo. 

 

Somos les úniques pacientes obligades a tomar medicinas

Me toca luchar, ¡no me anestesiaré para dejar todo igual!

 

Cambiando de tema me acuerdo que con mi pareja durante el segundo brote psiquiatrizado fuimos caminando a tomar un helado cerca de casa de mi mamá y como había un parquecito al lado entramos y lo tomamos ahí, pero era el parque interno de la residencia de ancianos y yo sentí que me quería decir que iba a terminar así toda mi vida... y que él me quería encerrar ahí... ¡para tenerme! ¿Habrá sido el miedo del amor romántico? Me pregunto si no será una estrategia para huir por lo menos con la mente del dominio patriarcal.

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