Brote anterior y la triste historia de la hermana de una amiga
Me acuerdo de que también en agosto del 2005 tuve un
“groso” brote, no diagnosticado y anterior a mi recurso a la psiquiatría, en el
primer Festival de TO Nacional en Calabria. Me acababa de recibir de psicóloga
y aún no pensaba en hacer profesionalmente Teatro, si bien ya hacía 15 años que
estaba en eso. Pensaba, en cambio, en dedicarme a la psicología y cuando salí
tan mal de ese encuentro pensé que había fracasado toda mi vida porque no me
podía dedicar a eso. Si bien no llegué a tener delirios la sensación de
fragilidad fue muy parecida, la misma sensación de perder de golpe “una piel”
que me protegía y quedar expuesta e hipersensible a lo que se me presentaba.
El festival fue a “mucho pulmón”. Estábamos todes
hospedades en una capilla. Francesco, mi pareja de aquella época, y yo teníamos
una carpita en el patio. La intención del organizador, Ciccio, era la de
promover el TO en aquel contexto hostil de pueblitos chiquitos con mentalidad
conservadora y católica. Les activistas teníamos el día súper intensivo: a la
mañana a partir de las 9 taller, yo había elegido el de bioenergética, que
trataba de unir la Psicología, de la que me acababa de recibir con el TO que
desde hacía 4 años me venía apasionando. A la tarde teníamos ensayo y algunes
creábamos obras uniendo grupos. Mi pareja y yo hicimos una con una curinga/comodín
(conductora de dinámicas de TO) española de Sicilia y un grupo de Turín, que
por cierto salió muy bien y nos divertimos e hizo que nos uniéramos mucho.
De ahí nació una amistad con una chica que es una
de las mejores que tengo para compartir y charlar, incluso de estas cosas dado
que es familiar de una “loca”. En el 2021 pasó algo que les cuento primero con
sus palabras, tres poesías que mi amiga hizo para la hermana:
EPILOGO
EPÍLOGO
È dunque
questa
Es entonces este
la fine
el fin
della speranza
de la
esperanza
della paura
del miedo
per future cose
por futuras cosas
terribili; è la fine
terribles; es el final
delle tue mani
de tus manos
a stringere la testa come
que sostienen la cabeza como
preghiera
en
oración
è, infine, silenzio:
es, al final, silencio:
tacciono le voci. callan
las voces.
È successo
tutto
Sucedió todo
oggi
hoy
un
pomeriggio qualsiasi
una tarde cualquiera
oggi Hoy
sappiamo quando
sabemos cuándo
e come
y cómo
sappiamo sabemos
che non è possibile
que no es posible
una fine diversa.
un final distinto.
CONGEDO
SALUDO
È uscito sangue
Salió sangre
dal naso:
de la nariz:
con questo, forse,
con esto, quizás,
avrei dovuto pensare habría debido pensar
al cuore en
el corazón
come campane
como campanas
in una chiesa vuota. en una iglesia
vacía.
Il cuore batteva
El corazón latía
ma tu non c’eri
pero vos no estabas
e da subito
y desde enseguida
non c’era la voce
no estaba la voz
cattiva
mala
che ti ha spinto.
que te empujó.
Invece io
Pero yo
mi sono arrabbiata
me enojé
credevo la vita
creía
la vida
più dura
más dura
la morte no
la muerte no
non l’immaginavo.
no la imaginaba.
Ho un buco
adesso
Tengo
un agujero ahora
qui, nel petto: aquí, en el pecho:
sei andata te
fuiste
senza salutare. sin
saludar.
AVEVI
I CAPELLI CORTI TENÍAS
EL PELO CORTO
Avevi
Tenías
i capelli corti
el pelo
corto
le mestruazioni
la
menstruación
quando sei partita
cuando
te
fuiste
sei saltata
saltaste
e abbiamo imparato
y
aprendimos
la discrezione la discreción
degli angeli.
de los
ángeles.
Non
è
venuto nessuno
No vino
nadie
a prenderti in braccio
a agarrarte
entre sus brazos
invertire la rotta
invertir la ruta
oppure infilare
o
meter
qualcosa di morbido
algo
blando
tra il tuo corpo e entre
tu cuerpo y
l’asfalto.
el asfalto.
Di te è rimasta De
ti quedó
una macchia
una
mancha
scura, poi oscura, después
ti ho rivista
te
volví a ver
ferma e fredda
quieta y
fría
con la pelle liscia
con la piel
lisa
da accarezzare, come
para acariciar, como
non facevo da tempo. no hacía desde tiempo.
Mi mancavi
anche prima Te extrañaba también antes
era difficile era difícil
vederti altrove, solo
verte en otro
lugar,
sólo
adesso ahora
non torni. no vuelves.
Non
torni più.
No vuelves
más.
En el 2021
la hermana de mi amiga se suicidó. Escuchaba desde hacía años voces intrusivas y
negativas, si bien con momentos de menor condicionamiento por la disminución o
porque eran positivas como en el 2017 (cuando la conocí yo) y en el 2018. La
hermana de esta amiga era resistente a los remedios, por lo que no le daban
grandes beneficios respecto a los síntomas de las voces y con el confinamiento
debido a la pandemia COVID 19, la situación empeoró, sobre todo en el otoño de
2020. Cuando lo supe, yo me sentí impotente, porque había tratado en los años de
ayudar a la hermana a relacionarse con ella, o también como desahogo por la falta
de comprensión y recursos otorgados por el Centro de Salud Mental que la
seguía. No se había encontrado bien con les psiquiatres que en los años le
habían puesto (todes saturades de trabajo y a menudo desmotivades); además las
actividades que el Centro de día proponía no eran interesantes para ella (por
ejemplo, lectura de periódicos). Por lo tanto, desde hacía un poco de tiempo
iba a lo de un psiquiatra privado, con todos los límites que supone depender de
un único terapeuta, sin la intervención de la red ni el sostén de los servicios
del territorio.
Probablemente fue una voz la que la empujó al
suicidio, porque no manifestaba ese deseo: fue la enfermedad a llevársela. Por
eso quizás es aún más doloroso saludarla, porque no era ni siquiera un deseo
suyo… Lloré yo también que la había visto sólo una vez, no supe sostener a mi
amiga, pero creo que debo publicar también por ella este libro y seguir mis
batallas porque, a pesar de la ley 180 (de desmanicomialización en Italia),
ahora se deja mucho a cargo de las familias, y los Centros de Salud Mental no
son capaces de gestionar y dar servicios adecuados a las personas que los
necesitan. Yo tengo mis instrumentos y no necesito que me organicen actividades
o me metan en comunidad, pero siento la responsabilidad de pedir a gritos que
todes puedan tener los mismos instrumentos a disposición, yo me creé los míos,
tiene que ser el sistema de salud que debe limar las diferencias para quien no
vive este privilegio. Porque nadie tiene la culpa de estar enfermu y como la
veo yo, somos todas personas importantes para el bienestar de la sociedad,
también les enfermes, porque ayudamos a curar la sociedad que crea estos
síndromes y sólo a través de nuestra palabra como sujetos activos de cambio y
no pasivos de Tratamientos Ambulatorios Involuntarios.
Volviendo al Festival en Calabria, a la noche, en
la capilla donde dormíamos, había fiesta hasta tarde, así que en eso también se
pareció a lo que me pasó después de unos años en Roma: falta de sueño, “adentro
y afuera” constantemente, en el sentido de que trabajábamos sobre las emociones
y luego nos poníamos en juego actuando y socializando a full. Hasta que en el
último día de taller hubo una discusión que me tocó porque una mujer del grupo
se quejó conmigo por el ruido que habíamos hecho la noche anterior dado que era
la única presente.
Yo sentía que no quería quedar expuesta a
emociones y que el conductor no fue capaz de ayudarme. Lo que más me costaba
aceptar era que se hubiese ido del Festival antes del cierre habiendo
movilizado tanto. Yo quizás no me supe cuidar, pero hay que tener en cuenta que
se trabaja con cosas muy delicadas y en eso yo rescato que entre mujeres, en
general, hay más atención. Es como si a veces me hubiese tirado a la pileta sin
saber cómo subir la escalera luego y ¡esperaba que un hombre/padre me viniera a
rescatar!
Pero tengo que aprender a confiar en mi instinto.
No me acuerdo si era yo o mi ex el que tenía miedo de que fuera al taller el
último día y sin reconocer que ya estaba sin piel me esforcé en ir para cerrar
eso y al final estuve peor.
Algunos años más tarde durante otro brote estando
ya psiquiatrizada, en un encuentro de red Freire-Boal mientras estaba en
crisis, y que viví de un modo bastante movilizador, mi mamá me había aconsejado
que me fuera a dormir afuera, por miedo a que volviera peor de lo que estaba.
Pero la persona que me iba a hospedar, Roberto, mi primer maestro de TO, ya
hospedaba a Pio, el hombre que a mi parecer no manejó bien la situación de
Calabria que conté antes. En esa ocasión sentí que estando presente en ese
momento y tratando de ayudarme; de alguna manera, lo pudimos sanar. Al final me
quedé a dormir en la casa taller, donde había una pareja que me pareció que
trabajaba con energías porque con una onda un poco “new age” trataron de
tranquilizarme, mientras que a mí me daban miedo. Me acuerdo de que había un
tipo muy cómico y yo pensaba que tenía que entender sus códigos. Me costaba
todo, no me acuerdo del trabajo en sí, pero fue bueno salir de lo cotidiano y
hacerlo pese a todo, sin saberlo ya estaba poniendo las bases para mi bandera
política de “loca consciente y orgullosa”.
Encontré un cuadernito que escribí seguramente en
ese encuentro residencial porque tiene unos apuntes de la filosofía freiriana y
luego unos pensamientos míos en italiano: “Voglio star meglio con me stessa
senza magie strane ne paranoie ne poliziotti nella testa. Vabbé che i poliziotti nella
testa non li voglio uccidere ma voglio trovare la sicurezza in me”. (Quiero
estar mejor conmigo misma sin magias extrañas ni paranoias, ni policías en la
cabeza. Está bien que los policías en la cabeza no los quiero matar pero quiero
encontrar la seguridad en mi). Y luego en castellano: “quiero encontrar la
seguridad en mí misma, vivir bien conmigo sin rituales ni obsesiones, ni
paranoias, ni sensaciones extrañas…” En el Teatro del Oprimido se llaman
policías en la cabeza a las voces interiores que vienen de alguna persona
importante que en el pasado te dijo algo que todavía te sigue condicionando tus
relaciones disfuncionales de ahora. Por ejemplo un maestru que de pequeñu te
dijo que no eras buenu y ahora cuando haces una entrevista de trabajo te baja la autoestima.
“Quiero tenerme mis colores, poder vivir sin
sentirme que no puedo controlar mis pensamientos. No quiero identificarme con
los demás, ni sentirme perdida en los demás ni sentirme autista, ni sentirme
sin piel, ni sentir que mi pelo tiene poderes... Ni pensar en cosas en las que no creo.” Los
colores también junto con los polis en la cabeza hacen parte de las técnicas
intrapsíquicas del TO y son las distintas emociones que se tienen con otra
persona, se ponen en escena para tratar de presentarse de modo más funcional
posible como se quiere ser vistes.
Luego en la otra página hay una fecha: 11/11/11
Hoy pude comer lo que quise tomar. Ayer pude ver la película casi sin paras.
Llamar por teléfono. Despertarme cuando quise. Lloré por la situación con
Fabrizio (mi pareja que había dejado) con “paras” pero hablando de lo que
siento. Tengo menos ansiedad y más paciencia. Puedo leer sin sentirme en culpa
y escribir. No entiendo que ven los otros en mi pecho. Pude trabajar sobre las
emociones sin sentirme mala. Pude estar en la cama y ponerme la ropa.
En el pasado había tenido alguna situación
extraña, una vez en el 1998 se dio cuenta mi mamá cuando volví de un viaje de
formación residencial del Arciragazzi (una asociación que trabajaba con la
infancia en modo alternativo: juegos no violentos, uso del material de
reciclaje, etc…). Había vuelto tan excitada y ella “me paró el carro” y me dijo
que no hablara de eso en ese momento porque no me iban a entender... no pasó
nada, pero se ve que me había visto bastante sacada. En ese viaje cada une se
había inventado personajes del bosque y yo había hecho rituales porque me
sentía chamán y sentía las energías del bosque. ¡La última noche me había sentido
casi en trance con una música, había logrado soltarme!
Yo siento que puedo vivir en otro estado, lo que
me cuesta es después relacionarlo con lo concreto.
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